jueves, 16 de abril de 2015

El absurdo de mantener una pésima estrategia

Bankia sigue en sus trece. Su consejero delegado, José Sevilla, ha descartado que pueda abrirse un proceso de arbitraje para los afectados por las acciones que fueron adquiridas en la OPS y que pueda asimilarse a lo que se hizo con los preferentistas.
 
 
La primera idea que surge, evidentemente, es que tampoco conviene idealizar lo que fue aquél proceso arbitral para los afectados por participaciones preferentes y obligaciones subordinadas.

Bankia acostumbra a publicitar como un movimiento altruista el hecho de haber propuesto como solución dicho proceso, hablando de elevadas cifras de recuperación de los importes por parte de los afectados.

Efectivamente, la práctica totalidad de los prerentistas que consiguieron acceder al arbitraje recuperaron su dinero. Pero, ¿cuántos afectados consiguieron entrar en el proceso arbitral? Las cifras hace más o menos un año hablaban de que sólo lo había conseguido un 21 % de los afectados. El 79 % restante, si quería recuperar su inversión, debía acudir a la vía judicial, como se propuso desde un primer momento por los despachos especializados.

Es fácil ver ciertos paralelismos entre la estrategia tomada por la entidad ante la crisis de las preferentes y la que está tomando en relación con los afectados por la salida a bolsa. Uno de estos paralelismos, que empieza a tomar cada vez más importancia, es que en ambos casos se ha provisionado una cantidad elevada de dinero por parte de Bankia para hacer frente a las posibles condenas en ambos casos.

Goirigolzarri y Restoy ven esta provisión en el caso de acciones nuevamente como una virtud de la entidad que provoca supuestamente un efecto tranquilizador.

Pero si lo comparamos con la crisis inmediatamente antecesora a las acciones, el pasado 9 de marzo varios diarios económicos anunciaban que Bankia había agotado ya la provisión destinada a las condenas en los casos de participaciones preferentes, y que sería BFA quién debía empezar a hacerse cargo de las mismas.

En este mismo medio ya hemos hablado en varias ocasiones de que los gastos por condenas podrían verse reducidos de forma considerable en caso de tomar estrategias alternativas, como puedan ser acuerdos extrajudiciales en algunos supuestos. Partiendo de la base de que el arbitraje en los términos propuestos por Bankia no se puede considerar una solución en sí, dada la experiencia anterior, lo cierto es que ya ha sido descartado por la entidad.

A día de hoy, Bankia no ha propuesto alternativas a la vía judicial, a pesar de que las últimas resoluciones son cada vez más tajantes en su contra y, de la misma forma, y también sobre la base de la experiencia de los casos de preferentes, nadie puede garantizar que la provisión de fondos destinada a las condenas por los casos de acciones vaya a ser suficiente para cubrir la totalidad de las mismas.

Este es el panorama que está planteado. Pero Bankia mantiene su pésima estrategia. ¿Cuántas Sentencias condenatorias harán falta para que la entidad recapacite?

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